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12 de Enero de 2015
Convencido de que la computación del futuro se basará en el choque de partículas, el investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Genaro Juárez Martínez, desarrolló un modelo de computación no convencional único para simular, a través de un colisionador virtual, la forma en que ocurren los choques de partículas en estructuras moleculares, con el propósito de imitar una computadora que supere los límites de tamaño y velocidad de los ordenadores convencionales.
El catedrático de la Escuela Superior de Cómputo (ESCOM) de esta casa de estudios, explicó que las bases de esta nueva tecnología son muy complicadas, sobre todo porque los equipos y dispositivos que se requieren para llevar a cabo la simulación no se encuentran en México, en el extranjero tienen un alto costo y no son de fácil acceso, además hay un número reducido de científicos especializados en la materia.
“Pero la principal barrera es que no es posible manejar partículas de manera individual con la tecnología actual”, indicó.
Juárez Martínez relató que el desarrollo del modelo inició después de una estancia que realizó en el International Center of Unconventional Computing (ICUC), en Bristol, Inglaterra, con la colaboración del Profesor Andrew Adamatzky, experto en computadoras de reacción y difusión y autómatas celulares.
En el ICUC conoció al científico proveniente del Kanazawa Institute of Technology de Japón, Shigeru Ninagawa, quien se interesó en el trabajo que se realiza en la ESCOM.
“Desarrollamos un modelo físico de partículas que queremos aplicar a nivel de computación molecular, el cual no se basa en el silicio, chips, tarjetas y circuitos, sino en moléculas. Es complicada esta investigación, porque se debe tener un control exacto de los choques de las partículas para simular cualquier proceso”, detalló.
Refirió que el modelo original que simula el choque de partículas se deriva de una propuesta que realizó el físico de la Universidad de Boston, Tommaso Toffoli, y durante cinco años se ha tratado de implementar estrictamente para resolver una función computable.