Inútil la evaluación si no impacta en el aprendizaje, destacó Carlos Tunnerman en la UAM

1 de Marzo de 2006

Inútil la evaluación si no impacta en el aprendizaje, destacó Carlos Tunnerman en la UAM

Todo proceso de evaluación debe traducirse en un proceso de mejoramiento de las funciones sustantivas de las instituciones de educación superior y, en específico, en lo que aprenden los estudiantes, de lo contrario será un proceso inútil, afirmó el doctor Carlos Tünnermann Bernheim, ex consejero de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura para América Latina y el Caribe.

Al participar en el Foro Nacional sobre Calidad de la Educación Superior, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), dijo que la transformación debe centrarse en los métodos pedagógicos, en la práctica docente universitaria y que la labor del profesor es el termómetro de los procesos de renovación que se requieren.

"Si no emprendemos una profunda revolución pedagógica en la educación superior latinoamericana, y si no se redefinen los modelos educativos de las instituciones, no seremos capaces de formar a los universitarios que se necesitan para enfrentar los riesgo y amenazas de la globalización neoliberal", apuntó.

En su conferencia magistral, el asesor de la Universidad Politécnica de Nicaragua destacó que, ante los desafíos de la globalización, la evaluación debe ser un proceso transformador de las instituciones con pertinencia social de acuerdo a las necesidades de la población, y buscando principalmente la calidad del estudiante y de los egresados, esto asociado a las habilidades de aprendizaje.

Tünnermann Bernheim enfatizó que la educación superior debe promover la formación de individuos cuya interacción creativa con la información les lleve a construir conocimientos. Agregó que se trata de promover un aprendizaje por comprensión y no por simple repetición memorística, además de que deben seguir a aprender, aprendiendo.

Resaltó que dentro del perfil de profesional del siglo XXI, destacan: ser competente en su profesión, con una sólida formación; preparado para la empleabilidad y no para un determinado empleo o puesto de trabajo; y ser un profesional comprometido con la educación permanente y que sabe aprender y desaprender, "si en 5 años no se actualiza, lo único que podemos garantizar es que está ejerciendo mal su profesión".

Además, dijo, tiene que ser un profesional flexible, creativo e innovador, capaz de adaptarse al cambio de trabajar en equipos interdisciplinarios y comprometidos con el espíritu de solidaridad social, y que considere que en momentos de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento.

Enfatizó que para responder a estos requerimientos se requieren estructuras académicas y currículos flexibles, integrales y contextualizados. Al ejemplificar esto, comentó que un currículo flexible podría comprender 70 por ciento de créditos en materias obligatorias, 20 por ciento, materias optativas, y 10 por ciento materias libres.

Carlos Tünnermann señaló que la idea de la nueva Universidad tiene que partir de tres paradigmas fundamentales del siglo XXI: desarrollo humano y sustentable, cultura de paz y educación permanente. Precisó que el elemento clave para alcanzar ese concepto será el compromiso constante de la Universidad con los procesos de innovación y la pertinencia social.

Debemos generar horizontes de reflexión, dijo, sobre el futuro de América Latina y de las Universidades, para replantearnos los objetivos, la misión y las funciones de las instituciones de educación superior para que estén a la altura de las circunstancias actuales del nuevo milenio.

El doctor Carlos Tünnermann Bernheim resaltó que la llamada crisis de la educación superior es una crisis de cambio, de revisión a fondo de sus objetivos, misiones, organización, quehacer y métodos de trabajo. Advirtió que de no atender las nuevas demandas, la Universidad clásica se convertirá en pieza de museo.

Explicó que es posible vislumbrar el surgimiento de la denominada post-Universidad que, de acuerdo al profesor Cristovam Buarque, ex rector de la Universidad de Brasilia y analista de la educación superior, es una institución que no tendrá dirección geográfica, sino electrónica; "será una red de todas las unidades de promoción del saber superior", señaló.

Informó que la post- universidad en red incorporará no solamente centros específicos de enseñanza en los modelos actuales, sino también todas las instituciones que generan el saber, industrias, consultores, laboratorios y oficinas domésticas.

Consideró que las instituciones deben evolucionar por si misma para que no haya necesidad de una post-Universidad, en la que las disciplinas perderán todo sentido, no tendrá una nacionalidad, ni dará diplomas ni plazos.

El especialista comentó que las Universidades no se pueden sustraer de las relaciones internacionales y los intercambios académicos con el extranjero, pero que es necesario no confundir la internacionalización con la transnacionalización que conlleva su transformación en un servicio sujeto a las reglas del mercado.