Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior
Al servicio y fortalecimiento de la educación superior.
16 de Enero de 2015
La relación entre el perro y el humano parece hallarse en un momento íntegro y estrecho. La lealtad de los cuadrúpedos se desborda en cada ladrido. Los caninos hacen del oído y olfato sus principales órganos sensoriales, lo que los convierte en inmejorables cómplices de personas dedicadas al rescate en momentos y lugares donde la asistencia humana no alcanza a llegar.
Así, compuesto por 28 universitarios, el Programa de Manejadores de Perros de Búsqueda y Rescate, que forma parte de la Unidad de Intervención de la Dirección de Protección Civil de la Dirección General de Servicios Generales de la UNAM, cuenta con equipos y binomios perro-humano, entrenados para localizar a personas afectadas bajo escombros causados por sismos, inundaciones o explosiones.
Constituido en 1987, tras los sismos de 1985 en la ciudad de México, tiene entre sus filas a “alumnos” cuadrúpedos, de razas que van desde Labrador o Pastor Belga Malinois, hasta Chihuahua.
Este grupo es el único del ámbito en México afiliado a la Internationale Rettungshunde Organisation, máxima red mundial responsable en temas relacionados con búsqueda y rescate urbano para localizar personas bajo escombros, refirió Julio Velázquez, coordinador del programa.
Una de las actividades preponderantes del programa es la capacitación a instituciones, grupos y particulares. “Impartir la enseñanza que tenemos es algo que hemos descubierto ahora; es más fácil capacitar a gente verdaderamente operativa en su región, que acudir nosotros. Ya hemos cubierto de una u otra manera el territorio nacional, llevamos por lo menos presencia en 15 estados y asesoramos a integrantes del Voluntariado Canino en Emergencias de la Cruz Roja Mexicana”, detalló.