Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior
Al servicio y fortalecimiento de la educación superior.
14 de Marzo de 2025
marzo 13, 2025
Carlos Pallán: Ex secretario general ejecutivo de la ANUIES
• En más de siete décadas de vida institucional, el papel de la asociación dentro de la educación superior del país continúa siendo muy valioso
• El rector de la Máxima Casa de Estudios de la época, Gustavo Baz, tuvo la idea de que las instituciones de educación superior del país debían integrarse en un organismo que las aglutinara.
El 25 de marzo de 1950 se fundó la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior. En los inminentes 75 años de vida institucional, su papel dentro de la educación superior del país sigue siendo muy valioso, ahora en un México distinto.
Aquél de mitad del siglo XX tenía una población de 25 millones de habitantes; la matrícula de educación superior ascendía a 32 mil estudiantes (3 mil 800 de ellos mujeres, 12 por ciento); las 26 instituciones fundadoras (11 universidades y 15 institutos) representaban 75 por ciento de la matricula nacional en educación superior; y, de los jóvenes en edad potencial de concurrir a las aulas universitarias, sólo 1.3 por ciento de ellos tenía acceso efectivo a las mismas. Otro México, otras circunstancias, otra ANUIES.
Su gestación no fue fácil, demoró 10 años. Como en muchas otras ocasiones, a lo largo de todo ese tiempo, la Universidad Nacional fue su impulsora y, podría decirse, su ángel guardián en numerosas ocasiones. El rector de la Máxima Casa de Estudios de la época (1940), el Dr. Gustavo Baz cobijó la idea relativa a que las pocas instituciones de educación superior (IES) establecidas en la República debían integrarse en un organismo que las aglutinara. Así, en ese año se verifica en la Ciudad de México la Primera Asamblea Nacional de Rectores.
En los años siguientes, 1941 y 1943, se verificaron la Segunda y Tercera Asambleas Nacionales, mismas que, al igual que la primera, tenían el propósito de intercambiar experiencias, abordar algunos problemas (financiamiento y el bachillerato), así como prefigurar las características de una organización permanente de ese conjunto de instituciones. Estas reuniones se llevaron a cabo en Guadalajara y Monterrey, respectivamente.
Una Cuarta Asamblea Nacional, en San Luis Potosí, en 1944, continuó con las temáticas específicas (ahora, se agregaba lo correspondiente a orientación vocacional) pero, adicionalmente, ahí se da un paso importante: nombrar una Comisión que elaborase la propuesta que permitiera crear lo que después sería la ANUIES.
Son los años de la segunda guerra mundial y, también, los de la escasez de recursos públicos. La ideología de Unidad Nacional, que en materia política le había servido al régimen para atemperar o posponer conflictos políticos en la Nación, se daba también en el terreno universitario.
Lo logrado por el presidente Ávila Camacho en 1942, la presencia de todos los expresidentes en el Zócalo (incluidos Lázaro Cárdenas y Plutarco Elías Calles), era un factor de demostración que podría repetirse en el terreno de la educación superior. Sin embargo, la frugalidad de los presupuestos universitarios pospuso por un tiempo más la verificación de una nueva reunión de esa naturaleza.
Fue hasta 1948, en Oaxaca, en el marco de la Quinta Asamblea que se retoma con nuevos bríos lo iniciado ocho años atrás. La agenda de trabajo de la reunión mostraba ya muchas de las cuestiones que bullían en el país al amparo de un régimen que, aprovechando la posguerra, estaba listo para acelerar la industrialización nacional y, con ella, el despegue económico. Una conclusión de esa Asamblea de Rectores fue la relativa a reconocer “como necesidad apremiante la planeación de la educación superior”.
En Oaxaca se aprobó la agenda para la siguiente reunión. Esta se verificó 15 meses más tarde en la Universidad de Sonora. Su rector, Alfonso Castellanos Idiáquez, fue el anfitrión de los 26 representantes de universidades o institutos que estuvieron presentes en esa cita histórica para la educación superior nacional. Entre los propósitos de la naciente institución se contaban: a) estudiar los problemas de la enseñanza universitaria; b) diseñar nuevas carreras; c) proponer un programa de becas estudiantiles; d) estudiar y atender los problemas del profesorado; e) examinar las posibilidades de intercambio de personal docente; f) celebrar una reunión especial para abordar el problema del bachillerato, entre otros.
El Acta Constitutiva de la ANUIES tuvo 57 firmantes, encabezados por el rector de la UNAM, el doctor Luis Garrido. Ahí, en Hermosillo, estaban mexicanos ya conocidos y otros que adquirirían ese calificativo años más tarde dentro de la academia, la política y la educación superior.
Así, algunos de ellos que eran directivos universitarios, luego fueron gobernadores o secretarios del gobierno federal (Raúl Rangel Frías, Manuel Bartlett Bautista, Agustín Yáñez), profesionales, académicos e intelectuales distinguidos (Jorge Matute, Raúl Cardiel Reyes, Eusebio Mendoza, Efrén del Pozo, Antonio Torres Gómez, Eduardo Nicol, Luis Weckman y cuatro decenas más). De todo ese conjunto sólo una mujer: Adela Fermoso de Obregón, rectora de la Universidad Femenina de México.
Uno de los compromisos más relevantes asumidos por las instituciones y sus representantes fue el relativo a “esforzarse por adecuar la enseñanza universitaria a los problemas, necesidades y recursos regionales, procurando el arraigo nacional de la población estudiantil y favoreciendo el intercambio en niveles regionales y nacionales”. A partir de ese momento, iniciaba su trayectoria una institución que ha sido estratégica en los caminos del desarrollo nacional.
Postdata 1: Fallecimiento: La semana pasada le tocó a Héctor Anaya. Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, la promoción cultural y la producción televisiva y radial fueron, entre otras, las actividades a que dedicó buena parte de su vocación. La otra, igual de intensa, fue la de escribir libros, muchos libros.
Algunos de los cuales quedan como parte de la memoria cultural del país, siendo absolutamente indispensables algunos de ellos. Tal sería el caso de El arte de insultar, El sentido del amor, El suicida. El último, /i>Los cuadernos de Ariadna, fue presentado en septiembre del año pasado. En el mundo universitario, Héctor colaboró con varias instituciones, entre otras, la UNAM, la UPN y la UAM.
En esta última tuvo el cargo de coordinador de extensión universitaria de la Unidad Azcapotzalco, 40 años atrás. Hasta ahí llevó a autores y artistas consagrados y a los que apenas destacaban. Todas esas presencias fueron consignadas en palabras e imágenes dentro de las varias colecciones de libros y >plaquettes que editó la institución.
Una muestra de lo consagrado, que ahora forma parte de esa memoria cultural de la nación está en voces como las de: Cuevas, Garibay, Héctor Azar, José Agustín, Carlos Montemayor, Tomás Mojarro, Monsiváis, Enrique Bátiz, Juan José Arreola, Elena Poniatowska, Vicente Leñero, Heraclio Zepeda, Raquel Tibol, Enrique Alonso, Rubén Bonifaz Nuño. De los segundos, las voces de: Arturo Trejo, Andrea Montiel, Leonor Delgado, Vladimiro Rivas, Enrique López Aguilar. El legado que dejó en la UAM Azcapotzalco es de enorme valía. Un abrazo afectuoso a René, su hermano, así como a sus hijas y nietos.
Postdata 2: Renuncia. Finalmente, Rogelio Ramírez de la O, Secretario de Hacienda desde el sexenio anterior, presentó su renuncia. Como se vaticinó en este espacio, en los varios artículos publicados después de septiembre pasado (y especialmente en el número 1074 del 9 de enero, “Presupuesto 2025, recapitulación final”), la situación era muy tirante para las finanzas públicas del país en el proyecto del Presupuesto Federal de Egresos 2025.
La base de la cual se partió, los Pre-Criterios de Política Económica, publicados por Hacienda en abril del año pasado, señalaban un camino que no se siguió, o se modificó, en algunos casos notablemente, antes de su aprobación final. En ese momento apareció una fuerte discrepancia entre Hacienda y el Congreso de la Unión.
La primera, representada por Ramírez de la O, la segunda por Alfonso Ramírez Cuellar, diputado y hombre de confianza en la presidencia de la República. Al final, dije en su momento, que había ganado el Congreso, para después añadir que el titular de Hacienda “no se quedaría mucho tiempo”. Así, su renuncia (a unos días de que el Banco de México anunciara un crecimiento económico de 0.6 por ciento para 2025 (contrastante con lo previsto oficialmente, un rango de de 2-3 por ciento) ya no lo compromete con la firma del Plan Nacional de Desarrollo (presentado en la Cámara de Diputados, y Publicado en la Gaceta Parlamentaria, el 28 de febrero pasado) ni con los nuevos Pre-Criterios que deberán presentarse el próximo 10 de abril. Una repetición del caso Urzúa, seis años después, pero sin el componente de conflicto y discrepancia al que se llegó en 2014. ¿Cómo se reflejará esto en el sector educativo en el presente año, así como en el proyecto para el 2026?