Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior
Al servicio y fortalecimiento de la educación superior.
19 de Junio de 2025
18 de junio de 2025
• El reconocimiento a los doctores Ana Maricel Maubert Franco y Víctor Armando Fuentes Freixanet reveló el poder transformador del conocimiento compartido
• En sus trayectorias, la universidad reconoció una manera ética y generosa de habitar la academia
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) vivió una jornada entrañable y profundamente significativa al conferir el nombramiento de Profesorado Distinguido a la doctora Ana Maricel Maubert Franco y al doctor Víctor Armando Fuentes Freixanet. Lo que podría haber sido una ceremonia más en la agenda académica, se convirtió en un acto de memoria viva, de afecto institucional y de reafirmación de los valores que dan sentido a la vida universitaria: la entrega, la ética, el trabajo en comunidad y el conocimiento con propósito.
Ambos galardonados han construido trayectorias notables a lo largo de décadas; además, han tejido a su paso una red de vínculos personales y profesionales que dan sentido al quehacer universitario. Sus historias, relatadas con la calidez de quien ha vivido intensamente y con el respeto que solo se otorga a personas que han dejado huella, dibujaron un retrato colectivo de lo que significa pertenecer a la UAM.
Una voz con raíces: el doctor Fuentes Freixanet y el legado compartido
Durante el acto celebrado en la Unidad Azcapotzalco de la UAM, el doctor Fuentes Freixanet recordó con palabras sentidas y una serenidad afectuosa a sus formadores y acompañantes en su andar académico. Nombró con gratitud a colegas entrañables como los doctores Óscar González Cuevas, Violeta Mugica Álvarez o Eduardo Campero Littlewood.
Reconoció a todos aquellos que desde los albores de su ingreso a la División de Ciencias y Artes para el Diseño le brindaron orientación y respaldo, como Manuel Sánchez de Carmona y Félix Beltrán Concepción. Pero lo más valioso en sus palabras fue su insistencia en lo colectivo: su trabajo, enfatizó, no es una hazaña individual, sino el resultado de haber caminado junto a colegas y amistades que convirtieron el conocimiento en complicidad y la investigación en comunidad.
Evocó con emoción la presencia de su tío Emilio, de 97 años, calificándolo como ejemplo de tenacidad, agradeció a su esposa, compañera de vida por más de cuatro décadas, y a sus hijas, todas ellas, dijo, representan sus grandes amores. “Este reconocimiento es de todas y todos quienes han compartido este camino”.
La memoria de una Universidad en expansión
Si el doctor Fuentes Freixanet habló desde el corazón colectivo, la doctora Maubert Franco lo hizo desde la raíz misma del tiempo universitario. Con 51 años de servicio a cuestas, ofreció un testimonio cargado de imágenes entrañables y honestidad luminosa.
Recordó su llegada en 1974, cuando la Unidad aún era un proyecto en construcción: aulas sin ventanas, pasillos sin nombre y una Orquesta de Marina tocando durante la ceremonia de arranque que coincidía con su cumpleaños. “Pensaba que esta era una ceremonia importante, pero ahora que los veo a todos reunidos, es increíble”, expresó.
La doctora fue clara al hablar de los desafíos, al narrar su inesperado ascenso a la dirección en un contexto predominantemente masculino, con valentía y sin dramatismos y agradeció a quienes le tendieron la mano y a los que le pusieron obstáculos: “me fortalecieron”.
Compartió con el público que su esposo siempre la apoyó, incluso en los años más exigentes de su carrera, mencionó con ternura y como broma que solo dejará la Universidad “cuando el gis se troce en el pizarrón, porque ya no voy a poder escribir”.
Su intervención se convirtió en un viaje emocional por la evolución de la Institución: desde su infraestructura hasta la transformación del papel de la mujer en la ciencia y la docencia. Al hablar del antes y el ahora, de cómo el porcentaje de mujeres en ingeniería pasó de un 13 por ciento a ser mayoría ahora.
El valor de lo intangible
Ambas voces, distintas y complementarias, mostraron que el verdadero legado universitario no se encuentra en los títulos ni en las cifras, sino en los afectos construidos, en la coherencia entre lo que se enseña y lo que se vive, y en la voluntad de compartir el saber cómo un acto ético y generoso.
La UAM, al conferir estos reconocimientos, no solo celebró dos trayectorias brillantes, reafirmó también su compromiso con una educación pública que honra su memoria, construye comunidad y proyecta hacia el futuro las semillas sembradas en el presente.
Porque más allá del protocolo, lo que quedó claro es que estos homenajes devuelven la certeza de que la universidad es, como ellos mismos, un espacio vivo, apasionado y abierto al tiempo.
Honrar el legado, proyectar el futuro
Entre recuerdos personales y reconocimientos colectivos, la ceremonia, nutrida por voces institucionales y memorias compartidas, no solo rindió tributo a sus trayectorias notables, sino al horizonte de valores que ambas figuras han contribuido a consolidar dentro de la vida universitaria: ética, compromiso y conocimiento con sentido social.
En la ceremonia protocolaria, la directora de la División de Ciencias y Artes para el Diseño (CyAD), maestra Areli García González, con una reflexión sentida habló sobre la influencia del doctor Fuentes Freixanet, quien, con más de cuatro décadas de docencia, ha sabido sembrar una manera de entender la arquitectura que “respira, se adapta y cuida”.
Lejos de limitarse a las aulas, su legado ha permeado generaciones mediante un enfoque bioclimático que promueve una relación más respetuosa y consciente con el entorno. Su reconocimiento, señaló, simboliza el compromiso de una División que se esfuerza por construir identidad institucional y memoria colectiva, donde la docencia se vincula con la ética, la responsabilidad social y la transformación cultural.
En consonancia con ese espíritu, la rectora de la Unidad, doctora Yadira Zavala Osorio, ofreció un mensaje de aliento y gratitud. Su discurso dio voz a los pasillos que han visto crecer a esta comunidad durante más de cinco décadas. “Quienes llegan a la Universidad no siempre saben qué quieren, pero se encuentran con algo más valioso que el conocimiento: con valores y con el ejemplo”, afirmó, reconociendo en los homenajeados un testimonio vivo de esa herencia intangible.
La doctora Maubert Franco, por su parte, fue evocada no solo como científica destacada, sino como referente institucional. Fue la primera mujer en dirigir su División, y su trabajo en investigación, especialmente en el campo de la catálisis, ha sido clave en la consolidación de una cultura científica robusta.
El rector general de la UAM, doctor José Antonio De los Reyes Heredia, destacó la claridad de su liderazgo y el impacto de las contribuciones de los homenajeados, tanto en lo técnico como en lo humano.
De los Reyes Heredia amplió el homenaje con una mirada institucional. Para él, este reconocimiento va más allá de la distinción formal: es un acto de justicia hacia dos personas que han moldeado el rostro de la Institución desde la enseñanza, la investigación y la gestión del conocimiento.
Evocando su paso por laboratorios europeos, resaltó cómo la doctora Maubert Franco supo representar con dignidad a la ciencia mexicana incluso en contextos internacionales. Al doctor Fuentes Freixanet, lo nombró referente nacional del diseño ambiental, con aportaciones metodológicas que han transformado programas académicos y prácticas profesionales.
Además de familiares, amigos y académicos el evento estuvo encabezado por la doctora Norma Rondero López, secretaria general de la UAM; el maestro Salvador Luis Islas Barajas, secretario de la Unidad Azcapotzalco; la doctora Paola Hernández Chávez, coordinadora académica de esa sede.
También la maestra Areli García González, directora de Ciencias y Artes para el Diseño; el doctor Rafael Escarela Pérez, director de Ciencias Básicas Ingeniería y el doctor Jesús Manuel Ramos García, director de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Azcapotzalco de la UAM.