El silencio mata más que las agresiones: Irinea Buendía

11 de Marzo de 2020

El silencio mata más que las agresiones: Irinea Buendía


• Irinea sufrió la pérdida de su hija, quien fue asesinada por Julio César Hernández Ballinas, un policía judicial que se creyó su dueño

• La ahora activista considera que más del 92 por ciento de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia en su vida, pero no se atreven a denunciar

José Luis Couttolenc Soto

05/03/2020, Xalapa, Ver.

La activista Irinea Buendía Cortés señaló que aproximadamente el 92 por ciento de las mujeres en alguna etapa de su vida han sufrido algún tipo de violencia y no se atreven a denunciar, además sostuvo que mata más el silencio que las agresiones físicas.

Ganadora del XXVI Premio Nacional de Derechos Humanos “Sergio Méndez Arceo” (2018) por su contribución en la promoción y defensa de una cultura de respeto de los derechos humanos, Buendía Cortés estuvo el 2 de marzo en el Centro Recreativo Xalapeño, invitada por el Observatorio Universitario de Violencia contra las Mujeres (OUV Mujeres) de la Universidad Veracruzana (UV) y la Red de Mujeres Feministas de Veracruz (Remufever).

Ofreció la charla “Feminicidios: memoria, verdad y justicia” ante representantes de la UV, de instancias gubernamentales y municipales, así como de diversos grupos de mujeres activistas. La luchadora social expuso de manera particular el caso de su hija Mariana Lima Buendía, joven abogada de 29 años originaria del Estado de México, quien con apenas 18 meses de casada “vivió una relación de golpes y violencia doméstica, que culminó con la privación de su vida a manos de su esposo, el policía judicial del municipio de Chimalhuacán, Estado de México, Julio César Hernández Ballinas”.

Con un rostro en el que aún perduran las huellas que deja una tragedia, pero con una voz que denota el coraje y el valor de una madre que está en búsqueda de justicia, Buendía Cortés narró de manera cronológica la violencia doméstica que vivió su hija: “Inició apenas a las tres semanas de casada, cuando su marido la agredió a golpes únicamente porque no le había gustado el jugo y el bistec que Mariana le había preparado; esta violencia se repitió en las semanas siguientes por diferentes pretextos, incluso le tatuó en la espalda su apellido Ballines, porque decía que era de su propiedad”.

Mencionó que durante los 18 meses de matrimonio y producto de las desavenencias, se separaron y reconciliaron en cinco ocasiones, “hasta que en la sexta vez mi hija le dijo a Julio César que tenía un nuevo proyecto de vida en el cual él ya no tenía cabida, lo que seguramente lo enfureció hasta asesinarla”.

Sin embargo, expuso la activista, el esposo de su hija argumentó suicidio y esfumó todas las pruebas que pudieran incriminarlo, “contando para ello con la complacencia de los corruptos de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de México; sin embargo, todo indicaba que se trataba de un asesinato, por lo que decidimos –mi familia y yo– interponer la denuncia correspondiente. Se integró un expediente de solamente cinco páginas, porque como se trataba de un elemento de la policía judicial el caso no importaba, decían que tenían otras cosas de mayor importancia que hacer”.

De esta manera se inició un peregrinar que los llevó a presentar un recurso de revisión del caso, el cual no obtuvo respuesta; presentaron en dos ocasiones solicitudes de amparo, que también les fueron negados, hasta que en la tercera solicitud el juez determinó levantar el no ejercicio, penal pero ya no existía acto reclamado.

“No obstante, el juez en su ética profesional observó que no existió la debida diligencia, por lo que el caso permanecía vivo y decidió otorgar el amparo.”

Ya con este documento, la familia Lima Buendía acudió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y en septiembre de 2013 atrajo el caso de Mariana Lima por considerarlo “un caso emblemático que reunía el interés y la trascendencia para la investigación”.

Como resultado, el 25 de marzo de 2015 la SCJN emitió la sentencia “Mariana Lima Buendía”, que constituye el primer pronunciamiento de este tribunal relacionado con el feminicidio, y representa también el reconocimiento del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y discriminación en todos sus tipos.

A la fecha, Irinea Buendía Cortés continúa con la defensa de las mujeres que han sufrido violencia de cualquier tipo, y en la búsqueda de justicia para todas ellas propone que ante las denuncias se investigue con perspectiva de género para que se pueda acreditar el feminicidio, y se brinde capacitación a policías, agentes del ministerio público, jueces y funcionarios público que tengan relación con la impartición de justicia.

Recordó que en su momento la entonces ministra de la SCJN, Olga Sánchez Cordero, declaró: “No es a contentillo de ministerios públicos, de jueces ni de nadie, se tiene que investigar con perspectiva de género y con la debida diligencia para acreditar que se trata de feminicidio”.

Para concluir, asentó que “sin perspectiva de género jamás se va a acreditar el feminicidio, y no sólo es para el caso de Mariana Lima Buendía, es para todas las muertes violentas de mujeres en el país”.