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22 de Febrero de 2024
16 de febrero de 2024
• Investigadoras de la UAM dictaron la conferencia Cartografía climática participativa
Ana María Lozada
Es indispensable romper ataduras técnicas y científicas rigurosas para hacer una cartografía más accesible y democrática, reconoció la maestra Laura Elisa Quiroz Rosas en el Seminario Permanente 2024 del Laboratorio de Ciudades de Transición, organizado por la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La técnica académica del Laboratorio de Análisis Socio Territorial (LAST) de esa sede universitaria recordó que el propósito de la cartografía participativa es influenciar y tener el poder de cambiar en las dinámicas internas de alguna comunidad y construir cohesión, “porque de alguna manera generamos identidad en ese núcleo involucrado en la toma de decisiones”.
Al mismo tiempo crea conciencia acerca de algún conflicto o proceso territorial que se quiera caminar o hacer algún tipo de intervención y, sobre todo, “dar voz a las personas; es decir, empoderar a los miembros de una comunidad”, explicó en su intervención Cartografía climática participativa, que dictó junto con la doctoranda Nora Morales Zaragoza, investigadora del Departamento de Teorías y Procesos de Diseño del mismo campus.
Entonces, “como resultado final se tendrá un producto que representa el interés de una comunidad, con un contenido que refleja el conocimiento local y un objetivo claro, porque el mapeo no se define por la exactitud o el rigor de las convenciones cartográficas tradicionales”.
En este sentido, mencionó que la cartografía participativa retoma diferentes instrumentos para poder ayudarse y mejorar el conocimiento, desde información y técnicas que tienen que ver con fotografías, relatos, historias a cuestiones mucho más sofisticadas como los sistemas de información geográfica y la cartografía en línea.
“Por ejemplo, en campo se han realizado talleres de mapeo utilizando herramientas como hojas de árbol o piedras, que en realidad sirven porque dan una idea del territorio que muchas veces es una referencia para los locales”.
En los talleres de croquis “se les pide que dibujen, hagan un boceto de su colonia, lo cual representa un acercamiento a este conocimiento espacial de su territorio, además de mapas a escala donde básicamente se utiliza un trazo urbano ya definido”.
Morales Zaragoza, miembro de la Red Nacional de Investigadores en Diseño y el Grupo de Tecno-Antropología, indicó que el objetivo está relacionado con “cómo podemos aproximarnos a una participación ciudadana en proyectos generales, y muchas veces la cartografía participativa va hacia la idea de despertar o hacer una lucha, aunque a veces nos puede dar cuenta de lo que significan los recursos o cierto problema para la comunidad”.
Sin embargo, “muchas comunidades aún de los pueblos originarios no están preparadas o han estado constantemente en lucha, por lo que en un primer acercamiento habría que entender el mapa para que la gente participe y se pueda lograr algo significativo”.
Por tanto, “estamos ante un momento muy importante, en el que es posible que algunos participantes se conviertan en ciudadanos de la ciencia; es decir, que no están especializados, pero que participan práctica y activamente en una investigación científica, lo cual no significa que están involucrados en todas las fases del proceso científico, mas es importante empezar a pensar en cómo permitir que las soluciones colectivas favorezcan el cambio social”.
El doctor Jerónimo Díaz Marielle, investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco de esta casa de estudios, compartió sus experiencias a lo largo de varios proyectos en la alcaldía Iztapalapa, como corredores ecológicos y pozos de infiltración de agua de lluvia.
En esos proyectos se ha buscado el respaldo de un Consejo de planeación encabezado por la alcaldesa Clara Brugada y algunos concejales y líderes comunitarios; además se han distribuido folletos y organizado mesas temáticas para dar a conocer los avances.
“Se trata de contrastar a la comunidad con lo que dicen los expertos y autoridades y, en ese sentido, se hicieron estas mesas temáticas sobre medio ambiente y equipamientos, salud y cuidados, las cuales ayudaron también a avanzar en la construcción de los proyectos”.
Con el propósito de definir qué tipo de equipamiento se necesita para las jardineras de infiltración “propusimos una utopía agroecológica parecida al Huerto Roma Verde de la colonia Roma, con lo que la cartografía también sirve para ir definiendo los proyectos del Plan, aunque estamos a la espera de que el gobierno de la ciudad apruebe el nuevo Plan General de Ordenamiento Territorial para que las alcaldías empiecen a actualizar sus programas locales”.
En ese sentido, “la cartografía participativa puede reforzar las estrategias jurídicas y sociales de defensa del territorio, donde las técnicas seleccionadas deben ser coherentes con la metodología y los objetivos del ejercicio”.
En conclusión, “el urbanismo colaborativo o defensivo responde a la necesidad de formar y acompañar movimientos sociales urbanos capaces de impulsar cambios para adaptar las ciudades al cambio climático”, señaló Díaz Mirelle durante el encuentro moderado por el doctor Salomón González Arellano, investigador del Departamento de Ciencias Sociales y miembro fundador del Laboratorio de Análisis Socioterritorial de la Unidad Cuajimalpa.