La economía conductual cuestiona el beneficio propio como objetivo único

6 de Marzo de 2020

La economía conductual cuestiona el beneficio propio como objetivo único


4 de marzo de 2020

• Las decisiones personales están influenciadas por el comportamiento y los valores culturales

• En la Unidad Iztapalapa fue presentado el libro virtual Economía de la conducta. Psicología & Economía

La economía conductual analiza las decisiones de individuos en la sociedad y cuestiona los supuestos de que el objetivo primordial y la motivación de las personas es la maximización del beneficio propio, sostuvo el doctor José Miguel Torres en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Este nuevo enfoque se encuentra en construcción a partir del debate sobre el comportamiento, ante diversas formas de elegir e interactuar como ente económico y social, ya que el marco teórico tradicional no explica las opciones entre las que los individuos optan por un mismo suceso y la forma de elección se puede indagar sólo a partir del comportamiento psicológico y los valores culturales personales, afirmó el doctor por la Universidad de Harvard.

Al presentar su libro virtual Economía de la conducta. Psicología & Economía citó el caso de las vacunas, que otorgan beneficios a la salud, pero muchas personas posponen su aplicación para dar prioridad a otros asuntos más apremiantes, un comportamiento que redunda en el éxito o fracaso de una política pública que tiene como meta combatir o evitar padecimientos.

Desde el punto de vista de la economía clásica, un individuo recibiría la inmunización de inmediato para maximizar sus beneficios, pero en la realidad muchos no lo hacen por razones diversas y es en esos casos que la economía conductual usa criterios psicológicos para determinar qué tipo de conductas mejorarían las acciones gubernamentales.

A partir de que la economía se puede definir como el análisis de decisiones cuando los recursos son limitados, Torres recordó que hacia los años 60 del siglo pasado –al tiempo que se afinaba la teoría de las expectativas racionales– el psicólogo cognitivo y matemático Amos Tversky descubrió fallas en el supuesto de racionalidad individual, aunque sus planteamientos recibieron atención hasta 1979 con la publicación en la revista Econométrica –junto con el psicólogo Daniel Kahneman– del artículo paradigmático Teoría de la prospección: un análisis de la decisiones bajo riesgo.

La obra “estudia cómo factores económicos y psicológicos afectan el comportamiento humano, pues la razón de incorporar principios de psicología cognitiva, social y la neurociencia a la economía es que existe sólida evidencia empírica de que estas disciplinas son relevantes en nuestro comportamiento en contextos de interés para los estudiosos del tema”.

El volumen no presenta nuevos desarrollos sobre la economía conductual ya que su objetivo fundamental es presentar conceptos fundamentales –básicos y avanzados– de un tópico que se encuentra en la frontera del análisis de esta ciencia social.

“El objetivo de Economía de la conducta. Psicología & Economía es entender mejor el comportamiento para mejorar nuestras habilidades, con el propósito de identificar y corregir errores de juicio y elección, sin denigrar la inteligencia humana ni la intuición”.

El doctor Ricardo Solís Rosales, profesor investigador del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa de la UAM explicó que la idea de optimización de los agentes económicos llevó a los especialistas, sobre todo después de los años 60, a crear modelos matemáticos que implicaban el supuesto de que los individuos optimizaban sus decisiones o preferencias y razonaban con total claridad.

El volumen –que abarca el estudio de la forma en que los factores económicos y psicológicos afectan de manera conjunta el comportamiento humano– tiene su origen en los cursos que el autor ha impartido en El Colegio de México, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), e incluye temas que imparte el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard desde el año 2000.

“La importancia que ha cobrado la economía conductual es tal que en 2001 los economistas George Ackerlof, Joseph Stiglitz y Michael Spence recibieron el Premio Nobel por sus aportaciones a temas relacionados con este tópico, particularmente con la asimetría de la información, es decir el comportamiento de los compradores y vendedores cuando tienen información distinta”, refirió el académico del Área de investigación Teoría Económica.

Al año siguiente, “el galardón fue otorgado a Daniel Kahneman, por integrar aspectos de la investigación psicológica en el comportamiento económico de las personas, y a Vernon Smith en virtud de sus experimentos de laboratorio para analizar los mecanismos alternativos de mercado, mientras que en 2019 fueron laureados los economistas Abhijit Nenerjee y Michael Kremer, por sus estudios sobre la pobreza y la forma de combatirla.

“Existe un debate entre los economistas de Chicago, que tienen fe en la racionalidad humana, y los del comportamiento, cuya postura es que las complejidades de la vida pueden volver significativamente costosas las malas decisiones de los individuos, por lo que es una obligación de la sociedad protegerlos contra sus propios errores y de los que explotan deliberadamente sus debilidades”, concluyó Solís Rosales.