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19 de Junio de 2025
Guanajuato, Gto., a 19 de junio de 2025.
De origen ancestral, el uso empírico de plantas medicinales es una práctica común en México, utilizadas generalmente como remedios para enfermedades frecuentes, tal como la obesidad, uno de los problemas de salud pública más grandes.
Ante este escenario, el Dr. Ángel Josabad Alonso Castro, profesor de la División de Ciencias Naturales y Exactas (DCNE) de la Universidad de Guanajuato (UG), encabeza una investigación que, desde hace más de cinco años, busca rescatar el conocimiento herbolario tradicional con base científica y datos estudiados desde 1950.
El objetivo: identificar compuestos naturales capaces de combatir afecciones relacionadas con el síndrome metabólico, como la diabetes, la hipertensión y altos niveles de colesterol y triglicéridos. “Ha resurgido el interés por regresar a lo natural. No creo que sea un tema de moda, sino algo que siempre ha estado ahí. Nuestros antepasados lo han utilizado; nuestro país tiene muchos recursos naturales y no todos se han explotado”, señaló el investigador.
Como parte del estudio, se realizaron encuestas a personas con sobrepeso y obesidad para conocer sus hábitos de consumo respecto a plantas medicinales. Sin embargo, pronto se concluyó que no bastaba con atacar la obesidad por sí sola: era necesario enfocarse en los distintos blancos del síndrome metabólico.
A partir de una selección inicial de más de 100 especies de plantas, el equipo redujo el número a aquellas accesibles, no estacionales, no amenazadas y que pudieran colectarse de forma sustentable. De ese proceso, solo seis plantas pasaron a pruebas más rigurosas y únicamente dos resultaron viables para experimentar con modelos de ratón genéticamente predispuestos al síndrome metabólico.
El Dr. Alonso Castro, en colaboración con investigadore(a)s del Departamento de Química de la DCNE, el Instituto de Neurobiología y el Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, y de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí han estudiado ya dos extractos: el cuachalalate, cultivado en el centro y sur de México, y el pochote, endémico de Guanajuato e Irapuato. Uno de estos extractos ha mostrado efectividad en la reducción de grasa visceral, mientras que el otro ha logrado disminuir niveles de glucosa y triglicéridos.
Aun así, el Dr. Alonso Castro subraya la importancia de evaluar también los efectos secundarios del uso prolongado de estos extractos: “El hecho de que algo sea natural no significa que sea seguro o que no hará daños al organismo. Al momento en que nosotros estamos haciendo estos estudios, buscamos contestar preguntas, hacer estudios a nivel bioquímico, examinar encimas que se encuentran en el hígado y que, cuando ocurre un cambio tóxico, inmediatamente empieza a aumentar los niveles de estas; en los humanos, se observa un color amarillento en ojos que indica una afectación al hígado. Sí contemplamos ese estudio toxicológico, porque no es prometer algo milagroso”, comentó.
En cuanto a la regulación de los productos herbolarios, el Dr. Alonso Castro explicó que, dentro de la normatividad, existen estándares de calidad que se deben cumplir para vender un producto. Señaló que muchas empresas los comercializan como suplementos alimenticios; sin embargo, estos no pueden tener efectos farmacológicos, mientras aquellos que se venden como medicamentos herbolarios deben contar con permiso de la Secretaría de Salud y están sujetos a sanciones si generan efectos secundarios al consumirlos.
Finalmente, el Dr. Alonso Castro hizo un llamado a las empresas para vincularse con centros de investigación que avalen científicamente los productos derivados de la herbolaria. “Se requiere mayor vinculación entre empresas y universidades para sacar un beneficio mutuo; es necesario la inversión para garantizar que los productos herbolarios que se vendan estén avalados científicamente y sean seguros para los usuarios”, concluyó.