Una Universidad que no se rinde: la Autónoma de Nayarit sigue firme a pesar de la tormenta

23 de Junio de 2025

Una Universidad que no se rinde: la Autónoma de Nayarit sigue firme a pesar de la tormenta


junio 20, 2025

• Norma Liliana Galván Meza y su tercer informe, liderazgo con rostro de mujer, cuentas claras y la exigencia urgente de salvar a la universidad del naufragio financiero. “La UAN no es un problema, es la solución de muchos problemas”: la frase que debe quedar grabada en la conciencia política de Nayarit

junio 20, 2025

A la Universidad Autónoma de Nayarit no la ha quebrado la tormenta, y si alguien ha sabido navegar entre la crisis institucional, financiera y de credibilidad que ha golpeado a la educación superior pública, es Norma Liliana Galván Meza, la rectora pionera y figura de temple, que presentó su Tercer Informe de labores con una convicción que no deja espacio para la duda, de que la UAN está más viva que nunca, de pie y luchando.

Escucharla fue como repasar los últimos tres años de incertidumbre con una brújula firme, la “responsabilidad y la perseverancia”, así nombró su informe y así ha sido su gestión; no hay que ser aduladores, pero sí honestos a la primera rectora en más de medio siglo de historia universitaria, que, dicho sea de paso, le tocó la administración rectoral más difícil de todas a la fecha, puesto que no llegó en tiempos de bonanza ni con los reflectores a su favor. A Norma Galván le tocó apagar incendios, recomponer caminos y devolverle certidumbre a una institución que muchos daban por perdida.

Apegada a la institucionalidad, en sesión del Consejo General Universitario, la Rectora rindió cuentas con claridad presupuestal, cifras concretas y, sobre todo, con sentido humano. Dejó constancia que los números importan, sí, pero también la gente que hace posible a la UAN todos los días, docentes y empleados administrativos, los miles de jóvenes que encuentran en la universidad no sólo un lugar para estudiar, sino la esperanza de forjarse un futuro mejor.

Y sí, habló de la tormenta. Porque negar la crisis financiera sería mentirse a sí misma y a quienes la escuchamos. Pero en vez de excusarse, asumió. Asumió que ser la primera mujer rectora no es sólo un logro histórico, sino una doble carga, conducir con firmeza una universidad pública golpeada por la escasez, y al mismo tiempo abrir camino en un mundo donde todavía cuesta trabajo que una mujer tome decisiones de fondo. Y las ha tomado.

Dijo algo que merece subrayarse: “La UAN no es un problema, es la solución de muchos problemas”, una frase que debería tatuarse en el discurso político local y nacional, porque mientras se recorta el presupuesto a las universidades, se olvida que ahí se incuban ideas, se forman profesionistas, se investiga, se vincula, se responde a necesidades sociales. Norma Liliana Galván no pide caridad para la universidad, exige inversión con visión de futuro.

Ahora bien, más allá del reconocimiento institucional, debemos hacer una pausa y reflexionar sobre lo que también se evidenció durante este Tercer Informe, porque los discursos de los representantes estatales y nacionales dejaron claro algo importante, las expectativas sobre la Universidad son muy altas, se abrió la esperanza de salir de una vez por todas de esta crisis financiera profunda que nos arrastra desde hace años, pero también, y con urgencia, detener los recortes sistemáticos a nuestras prestaciones laborales.

En ese escenario, quiero destacar, la intervención valiente y contundente de la Secretaria General del SETUAN, la Maestra Helda Alicia Dueñas, su voz resonó con fuerza, porque no habló por ella, sino por todos los trabajadores universitarios, la dirigente dijo lo que muchos callan, que por más recortes al salario, por más ajustes y medidas de austeridad, no saldremos de esta deuda criminal si no hay una verdadera y decidida aportación de recursos extraordinarios por parte del Estado y la Federación.

Y subrayó un punto fundamental que a muchos se les olvida, de que está en la ley que el sostenimiento de las universidades públicas autónomas, debe ser cubierto en un 50 por ciento por el gobierno federal y 50 por ciento por el gobierno estatal, así de claro, por lo que el subsidio no es un favor, es una obligación constitucional y legal. En este marco, lo que la UAN necesita no son discursos de ocasión ni promesas vagas, sino el cumplimiento pleno de esa corresponsabilidad financiera. Porque exigirle a la Universidad que sobreviva con lo mínimo, mientras se le castiga presupuestalmente, recortando prestaciones laborales, argumentando que no están contempladas en la Ley Laboral, cuando en otros entes públicos, incluso tienen beneficios superiores, es condenarla a la asfixia lenta.

Por lo tanto, ya es tiempo de ponerle fin al escarnio público contra la Universidad, esas campañas de desprestigio alimentadas por la desinformación, auspiciadas por infames expertos en rumorología que viven de denostar a la UAN, esto debe terminar. Porque una cosa es exigir transparencia, que es legítimo y necesario, en el marco de la rendición de cuentas, pero otra muy distinta es lanzar juicios ligeros y cobardes desde la ignorancia o desde el interés político. Quien no entienda que la Rectora Norma Liliana Galván no es responsable de los errores del pasado, simplemente no quiere entender.

Nuevamente aclaramos, actual administración no generó los 9 mil millones de deuda ante el SAT, el IMSS y el Infonavit. Esa carga se arrastra de años de malas decisiones, de pactos silenciosos de dos exrectores, Juan López Salazar y Jorge Ignacio Peña González, de negligencias políticas y de gestiones que se beneficiaron de la opacidad. La Rectora Norma Galván recibió la Universidad en la ruina financiera, sí, pero no se quedó cruzada de brazos, lo que ha hecho, (y ahí están los datos y los reconocimientos) es sostenerla, sanear las finanzas, optimizar recursos, rendir cuentas y mantener a flote una institución que para muchos ya estaba perdida.

Lo dijo no hace mucho el propio gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, “a la rectora le patearon el bote”, es decir, heredó un problema mayúsculo y aún así ha sabido dar la cara. Esto lo reconoce también la SEP, la ANUIES y rectores de otras universidades. Si fueran cierto las acusaciones por supuestos desfalcos, no hubiera sido recibida por el titular de la SEP Mario Delgado, ni tampoco la escucharía la Presidenta Claudia Sheibaum; tampoco sería electa como Secretaria General de la ANUIES región centro occidente. Porque si bien la crisis es financiera, en lo académico la institución está en el mejor momento de su historia. Los indicadores así lo reflejan. Y algo más, la UAN sigue siendo la primera opción de estudio para los jóvenes nayaritas que sueñan con estudiar una licenciatura.

La Rectora Norma Galván, en su informe también rindió homenaje al fundador Julián Gascón Mercado, el exgobernador que fundó la UAN como un proyecto social de transformación, que hoy toca a toda la comunidad universitaria no claudicar. Reconoció a los sindicatos, al estudiantado y a quienes han acompañado este proceso institucional sin dejar de ser críticos ni conformistas. La Universidad no está sola, pero tampoco puede sola.

En este tercer informe se escucharon voces externas que validaron el camino, desde el Gobierno del Estado, Rocío Esther González resaltó la valentía de la gestión; desde la SEP, Tonatiuh Andrade pidió no dejar sola a la vanguardia universitaria; desde la ANUIES, Luis Armando González reconoció que la rectoría ha sido audaz, sin maquillajes ni simulaciones. Incluso desde San Luis Potosí, se reconoció el ejemplo que la UAN representa para otras instituciones.

Y desde dentro, Job Oswaldo Bugarín, consejero docente, dijo algo que suscribo con entera convicción, la Universidad pertenece al pueblo, es patrimonio social, político y cultural. Es nuestro deber defenderla de la indiferencia presupuestal, del abandono administrativo y del desprestigio orquestado desde fuera.

Norma Liliana Galván no presentó un informe para colgarse medallas, sino para decirnos que sigue firme, que no va a claudicar, que la Universidad Autónoma de Nayarit es faro en medio de la tormenta. Que aún con todo, seguimos siendo Ocelotes. Y eso, en los tiempos que corren, es mucho decir.

La Universidad Autónoma de Nayarit es un patrimonio social, el desarrollo del Estado no puede concebirse sin su presencia, porque aquí se forman los hijos de la clase trabajadora, que acuden a sus aulas con la esperanza de forjarse un futuro mejor, para ellos y sus familias. No debe atribuirse a la presente administración los errores administrativos que ocasionaron esta crisis, porque quienes generaron ese desastre ya se fueron; reiteramos: la actual rectora lo que ha hecho es componer lo que otros rompieron.

El gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, como universitario, debe continuar con su intervención para rescatar a la UAN, ya que también es su casa, junto con su esposa Beatriz Estrada, ambos docentes en el pasado de esta noble institución. Pero también, debe dejar de escuchar a algunos asesores que le mal informan. Porque la verdad siempre sale a flote. Y hasta ahora, en cada crisis de desinformación, la Universidad ha tenido la razón por encima de las especulaciones. Y la razón, como la Universidad, no se rinde. Avanza.

¿Se quiere una universidad aislada, de espaldas al pueblo? ¿O una que se pare en la plaza pública, rinda cuentas y luche con la frente en alto? La Rectora Norma Liliana Galván Meza eligió la segunda. Y como lo dijo ella misma: la UAN va a todas partes. Ojalá que todos, pueblo, gobierno, comunidad académica, vayamos con ella. Porque si la universidad cae, no habrá nadie que enseñe a levantarnos. Va.